VolverResolvemos algunas cuestiones sobre implantología dental
Los implantes dentales son la mejor opción opción para reponer dientes perdidos. La eficacia demostrada en estos tratamientos ha convertido a la implantología dental en una especialidad imprescindible en cualquier clínica dental.
Sin embargo, el desconocimiento general de la mayoría de pacientes hacia este tipo de tratamientos es muy alto. Por ello, en este artículo queremos contestar a las preguntas más frecuentes que suelen plantearnos los pacinetes que se interesan por colocar un implante dental para reponer sus dientes.
Comenzamos definiendo qué es o en qué consiste un implante dental. Un implante dental es una pieza de titanio que se coloca en la raíz del diente, en el interior del hueso maxilar. Este implante consiste en un tornillo que sujetará el diente de repuesto.
Los precios de los implantes dentales dependen de cada caso en concreto, aunque los precios suelen estar entre los 1000€ y 1500€. En este precio se incluyen todos los procedimientos del tratamiento dental como la cirugía, la corona y el tornillo.
El precio suele ser el mayor freno para muchos pacientes pero hay que tener en cuenta que la sustitución de un diente debe ser perfecta, asegurando la calidad de los materiales y de la intervención.
El objetivo de un implante dental es sustituir un diente perdido. El desgaste de los dientes o muelas puede provocar que perdamos alguna pieza dental y esto derivar en problemas de salud.
La infección por caries, traumatismos, mala higiene dental, etc. son problemas habituales que pueden derivar en la pérdida de dientes o muelas.
Los implantes sustituyen al diente y reactivan funciones que no podemos hacer sin esa pieza dental como masticar o morder con naturalidad.
Además, la ausencia de un diente o una muela suele provocar un desgaste en las piezas dentales de alrededor que deben realizar las funciones pertinentes.
Un implante dental de calidad con revisiones periódicas puede durar más de 50 años, aunque la duración depende de otros factores como la higiene dental, alimentación, consumo de sustancias nocivas como tabaco, etc.
